Los padres en el deporte escolar: competencia y frustraciones

Respondiendo preguntas frecuentes

El deporte no educa por si solo, es un campo potencial de aprendizaje, aprender y fomentar valores positivos depende de como se gestiona el entrenamiento y las competencias  para que pueda ser no solo una actividad recreativa, sino un promotor de valores y un campo ideal para desarrollar la inteligencia emocional en la etapa escolar. 

A continuación y hablando de gestión de emociones y competencias, van opiniones sobre preguntas frecuentes relacionadas a ambos temas. 

Mi hijo hace deporte pero no compite, ¿Es bueno competir? 

Hay que tener en cuenta que una competencia puede ser una experiencia muy impactante para los niños y las niñas,  no es lo que pasa en la competencia sino la manera en como se gestiona lo que sucede en ella lo que puede tener influencia en sus valores, creencias actitudes, expectativas,  emociones y futuras conductas. 

El objetivo general de una competencia en la etapa escolar no es el mismo que en el deporte de élite, en éste, se apunta al rendimiento, se busca ganar, se busca un resultado y también se usan las competencias con fines preparatorios para otras competencias . 

Con los niños y adolescentes, aunque compitan para ganar, conviene usar la competencia como una manera de complementar el proceso formativo. ¿cómo se podría complementar ese proceso formativo? Usando la competencia para aprender a trabajar en equipo, competir sanamente esto es portarse con deportividad, hacer énfasis en el cumplimiento de las reglas, respetar a compañeros, oponentes y árbitros, valorar el esfuerzo mas allá del resultado. Porque si en estas edades de enfoca una competencia en el resultado únicamente, es fácil caer en el “ganar a toda costa” dejando de lado importantes  bases para la formación deportiva. 

¿A qué edad es bueno que compita?

Si se tiene en cuenta las etapas de desarrollo del juego del niño, a partir de los cinco años el juego es más activo, ya se pueden poner reglas y es en torno a los 8 años que los niños ya son  mas competitivos.

Más que CUANDO competir es importante enfocarse en el COMO

¿cómo están organizadas las actividades competitivas? ejemplo: si son alcanzables los retos que se plantean, si los rivales tienen un nivel deportivo similar, como es el sistema de premiación, cómo se comportan los entrenadores en las competencias, cómo estoy gestionando las competencias como padres, cómo me comporto en las competencias.

¿Cómo puedo manejar las frustraciones por ejemplo cuando lloran después de un partido? 

Como las niñas y los niños aprenden a manejar las derrotas va a depender en gran medida de cómo sus padres y entrenadores lo hagan, recordemos que son sus dos grandes modelos de referencia. 

Muchos padres se asustan o sorprenden cuando sus hijos lloran después de una competencia o o un partido, no hay que olvidar que son niños, y, que aun están desarrollando sus propios recursos y herramientas para aprender a tolerar frustraciones. 

Si Neymar se desploma, ¿por qué un niño no podría?

Decirles: “no llores”, no es productivo, muchas veces no conocen otra manera de  expresar sus emociones—miedo, rabia, tristeza, frustración,— por tanto una vez que el niño o niña este más calmado se puede dialogar tratando de poner nombre a la emoción, hablar de cómo vivió la experiencia, genera nuevos puntos de vista, hacer preguntas, aprendiendo nuevas maneras de expresión y manejo de las situaciones.

Por tanto, primero es importante que los padres no se pongan nerviosos, que puedan contener y acompañar este proceso, evitar el excesivo consuelo y darles ese espacio de expresión.  

Lo bueno del deporte como campo potencial de aprendizaje es que les permite pasar por situaciones donde experimentan emociones como la tristeza, el miedo , la frustración , rabia  en ambientes controlados, y, que  con buenos referentes parentales y entrenadores permite pasar esos momentos generando aprendizajes. Recordemos siempre que el deporte en la etapa escolar es deporte FORMATIVO..

Es difícil verles pasar momentos de frustración pero para sacarle “partido” a estas situaciones y  poder aprender a manejar el estrés, la sobreprotección puede privar de experimentar emociones que si bien pueden ser negativas son útiles para el desarrollo personal y deportivo. 

Frustrarse es parte del proceso de desarrollo PERO una frustración en dosis pequeñas y controladas, manejables y buscando el equilibrio entre que tenga demasiadas frustraron y que no tenga ninguna. (sobreprotección) 

¿Cuál es la mejor manera de comportarme después de un partido? 

1. Independientemente si se ganó o perdió hacer énfasis en la diversión es fundamental, entonces el ¿GANASTE? se convierte en ¿TE DIVERTISTE? 

2. A veces no es lo mejor hablar inmediatamente después de un partido, se puede dar tiempo al deportista que se calme o bajen las revoluciones, por eso el auto de regreso a la casa no siempre puede ser el mejor momento a menos que ellos sean quienes tienen la iniciativa, cada persona es distinta, tiene diferentes tiempos y cada uno conoce a sus hijos mejor que nadie.

3. Las situaciones de estrés por las que pasan son buen momento para generar diálogos que enfoquen en el esfuerzo, en las fortalezas y en lo que le gustaría mejorar, y como él considera que lo pueda hacer, en sus mejores momentos , lo que considera que hizo mejor, y que le gustaría hacer en el siguiente partido o entrenamiento. 

Utilizar el dialogo para dos motivos que considero importantes, orientar la evaluación  en su proceso no en el resultado del juego, y, se genera un espacio para un dialogo reflexivo fomentando la autoevaluación de conductas desde aspectos positivos y productivos. 

En resumen, el papel de los padres y otras personas significativas es un elemento capital en la formación de características personales de las niñas y los niños, más allá de ganar o perder lo que FORMA en la etapa escolar es la manera en que se gestionan (las situaciones, las propias expectativas como padres, las conductas en los partidos)  y aprovechan las situaciones potencialmente estresantes y las competencias para generar un aprendizaje que les sirva dentro y fuera de las canchas.