Salud mental como estilo de vida
- Natalia Dancuart
- 24 sept 2020
- 2 Min. de lectura

Dedicamos mucha energía, tiempo y dinero a estar “saludables”, hacemos culto al cuerpo, al entrenamiento y a una vida “FIT” pero, ¿Qué aspectos abarca nuestro concepto de ESTILO DE VIDA SALUDABLE? ¿Luchamos con la misma intensidad por la salud de aquella parte nuestra que no se ven en el espejo ni en las fotos del Instagram?
¿Tenemos presente y en cuenta en nuestros planes de acondicionamiento que el estado mental también forma parte de la evaluación del estado de salud?
Cuando escuchan la expresión “salud mental”, mucha gente piensa en la “enfermedad” mental en relación a esto consideramos importante detenerlos y hacer conciencia de dos puntos, por un lado empezar a definir la salud como estado en si mismo y no a partir de la enfermedad, ¿por qué esto es importante? Porque la salud mental suele aparecer en escena cuando empiezan a haber “problemas, incomodidades e insatisfacciones, es ahí que se hace urgente, siendo que hay varios aspectos que la componen y que podemos trabajarlos de manera diaria: como algo importante, no urgente.
Y por otro lado tengamos en cuenta que la salud mental no es solo la ausencia de enfermedad mental y que tiene que ver con cómo la relación con uno mismo, con los demás y con la forma en que respondemos a las demandas de la vida.
Desde esta perspectiva, un estilo de vida saludable implica no solo la relación que tenemos con la alimentación, el ejercicio y el descanso sino con el cultivo de relaciones saludables, recursos de afrontamiento y conductas de auto cuidado entre otras. ¿Entonces, que tan saludables estamos?
¿Vivimos en los efectos o construimos las causas? ¿trabajamos en nuestra confianza o la deseamos cuando la necesitamos? ¿tenemos rutinas? ¿Utilizamos el ámbito deportivo y el ejercicio para aprender a lidiar con el estrés, lidiar con frustraciones o para cultivar valores? o solo nos lamentamos cuando las cosas van mal y es ahí que culpamos a “lo anímico”?
Todos conocemos la famosa Mens sana in corpore sano, (mente sana en cuerpo sano), ahora, pensemos en un enfoque donde nuestra salud no recaiga exclusivamente en el cuerpo, si, es una parte esencial, y los efectos positivos del ejercicio sobre la sensación del bienestar psicológico están bien documentados: el estado de ánimo mejora con el ejercicio y este puede ser un gran complemento de la terapia.
Procuremos trabajar en una mirada más recursiva, y tengamos en cuenta como lo dice J.Dispenza que no somos solo un cuerpo con mente sino una mente que se vale de un cuerpo para expresar distintos estados mentales.
Si construir nuevos hábitos de alimentación y de ejercicio es difícil , el construir un estilo de vida saludable desde una visión amplia que incluya aspectos mentales y sociales conlleva muchos más desafíos, cambiar concepto de salud, el paradigma actual del cuidado de la “enfermedad” a una mirada preventiva biopsicosocial. No hay una receta única, express, ni mágicas, hay dedicación, voluntad y conciencia.
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