SALUD MENTAL: EL TABÚ EN EL FÚTBOL PROFESIONAL
- Natalia Dancuart
- 26 jul 2021
- 6 Min. de lectura
Viven bajo constante presión, incertidumbre, conviven con aciertos y errores, frustraciones ,éxitos y fracasos. Aún así… insisten. luchan contra todo y contra todos. “Tienen que ganar” ganar y “demostrar” que valen. Mientras escribo esto pienso en todas las personas que pasaron por mi práctica como psicóloga en estos casi diez años, mi visión fue cambiando y se va afinando al mirar a estas personas no solo como jugadores sino como personas que diariamente alimentan su objetivo de llegar, su sueño de mantenerse y la presión que implica hacer carrera en un escenario que muchas veces se viven tan injusto y patológico. Todos merecen mi admiración y respeto.
Nos vimos nuevamente conmocionados con una tragedia en el futbol: el suicidio, tan poco mencionado como la salud mental. Temas que se abarcan generalmente solo como noticia y cuando ya es demasiado tarde y estos hechos y otros más ponen a la vista una problemática tan invisibles.
Las recientes muertes de los jugadores uruguayos William Martinez y Emiliano Cabrera, sin dejar pasar la muerte del "Morro" García me mueven a poner de nuevo en al centro de mis planteos y dudas el cuidado de la salud mental en el futbol profesional. Revisando no solo esta situación como una barrera institucional sino también las barreras los propios futbolistas se ponen e impiden tanto la prevención como el cuidado.

No solo el suicidio debería encender las alarmas
Aunque no hay datos oficiales sobre la salud mental de los jugadores de futbol en Paraguay, se puede ver en la práctica un aumento de casos de ansiedad, dificultad para gestionar el estrés, ataques de pánico y síntomas de depresión. Sin ir muy lejos, días atrás, Santiago Arzamendia, quien fue fichado por el Cádiz recientemente habló en la prensa de la gran presión que sentía en sus tiempos en Cerro, con solo 23 años estaba en sufrimiento, disfrutaba cada vez menos del fútbol, sin ganas, y sintiendo tristeza.

Hablar de enfermedad mental, da miedo y quiebra el ideal del SUPER futbolista, el que puede superar todo, el que desde chico escucha que no tenga miedo, que no llore, el que solo tiene que mirar para adelante y seguir corriendo” ósea del futbolista robot que entiende que para avanzar tiene que anular emociones, (que pueden ser desagradables pero necesarias y útiles como lo son el miedo, la tristeza y la ansiedad), cada emoción tiene una función.
En este marco de desconocimiento, estigmas, machismo y tabú, ¿cómo no le va a costar entenderse, no auto castigarse y abrirse a hablar desde lo que esta pasando? corresponde también preguntarse, ¿cómo lo sostiene el que sufre en silencio? ¿Cómo enfrenta las situaciones de adversidad? ¿qué tan en cuenta se tiene la salud mental a puertas cerradas en un club?
El contexto emocional del futbol
Jugadores y entrenadores están constantemente bajo presión de diferentes frentes (dirigencia, entrenadores, compañeros, hinchada, familia, etc.), criticados a diario: partido a partido. Muchas exigencias que no siempre van de la mano de brindarle todas las condiciones para que pueda hacer bien el trabajo para el cual fueron contratados.
La velocidad y exigencia del campo laboral donde se mueven, la transformación que fue viviendo el futbol con el paso del tiempo (de ser un deporte , a ser un entretenimiento, ahora es un espectáculo y un negocio) crea un contexto donde el jugador vive bajo constantes extremos, un lunes son alabados y al otro quien sabe, son el villano, están bajo la lupa y todas las vivencias son magnificadas: no ser convocado, ser suplente, un mal partido, un mal entrenamiento, una crítica dura, un mal pase que queda clavado por días en la cabeza, estas situaciones se viven con una fuerte carga emocional, los picos de alegrías y tristezas se experimentan con mas intensidad que en el día a día de otras persona, es un deporte complejo de situaciones muy variantes, que muchas veces no fueron adquiriendo herramientas tanto para comunicar lo que sienten, o para gestionar de la mejor manera estas situaciones.
El gran Jorge Griffa, (no me voy a cansar de referenciarlo) comenta que pareciese que a los jugadores se les escapa el tiempo de las manos, la velocidad con que pasa la semana, lo corto que es el tiempo de un domingo a otro y que breve son las vacaciones.
”¿Qué pasa con esta vida que hacen? que los lleva por delante y los arrolla, que casi no deja tiempo para la familia. Qué fuertes son las presiones, que difícil saborear el éxito si detrás de este llega rápidamente otro compromiso, que grande es la responsabilidad! Qué difícil es manejar todo lo que rodea al futbol..¿Tan fuerte es la pasión que no podemos salir de este laberinto?”
Barreras que impiden buscar ayuda
Por sobre todo hay desconocimiento.
Lo más peligroso del desconocimiento es que impiden que se pueda hablar más abiertamente, impide la posibilidad de acceder con facilidad a información útil, real y por sobre todo a un acompañamiento/tratamiento oportuno. El desconocimiento nos guía a acudir a la “ayuda fácil y rápida”, callarnos y “aguantar”, y se opta como última opción acudir profesional capacitado.
“Yo no estoy loco”
La idea de que es el loco el que va al psicólogo, otro supuesto es el que lo opuesto de la salud mental es la enfermedad mental, “salud mental” y “enfermedad mental” no son dos conceptos simplemente opuestos, es decir, la ausencia de una enfermedad mental diagnosticada no indica necesariamente que se goce de salud mental y viceversa, sufrir un determinado trastorno mental no siempre y necesariamente es un impedimento para disfrutar de una salud mental razonablemente buena.
“No me pasa nada o ya se me va a pasar”
A veces es fácil darse cuenta la diferencia entre la salud mental y los trastornos mentales pero hay situaciones donde distinguirlo no es tan fácil, ¿cuál es la diferencia?.
La salud mental es el bienestar general en la manera en que una persona piensa, como se comporta y gestiona sus emociones. Puede haber problema cuando ese patrón de pensar sentir y actuar se alteran y persisten en el tiempo como la capacidad de funcionamiento afectando, de mantener buenas relaciones personales o familiares, desempeñarse bien en entrenamientos y partidos: (sin hablar de ganar y perder) motivación, fuerza de voluntad, capacidad de afrontar situaciones, dificultades prolongadas en el sueño, aislamiento, mayor irritabilidad, ansiedad excesiva etc. Lo más conveniente es consultar con un profesional que haga un diagnostico correcto.
Miedo y vergüenza
La culpa, la vergüenza y el miedo pueden impedir que una persona busque ayuda por miedo a hablar y ser rechazado.
Evitar el tratamiento por vergüenza o miedo: miedo a la medicación, a no saber le pasa, a no jugar, a ser visto como raro, no ser convocado, ser “débil” por estar mal. Por eso es importante acudir a un profesional especializado que pueda explicar con calma todas las dudas, que esté familiarizado con el deporte, con el contexto deportivo y que pueda realizar si es necesaria una derivación. Pasar por un problema puede causar miedo pero no es causa de vergüenza, para hablar de los problemas hay que ser fuertes.

El cuidado institucional de la salud mental
La salud mental y el bienestar son fundamentales para nuestra capacidad colectiva e individual de pensar, manifestar sentimientos, interactuar con los demás y disfrutar de la vida. Sobre esta base se puede considerar que la promoción, la intervención y la investigación deberían ser actividades vitales de las instituciones.
La atención psicológica no es una garantía hoy en los clubes de futbol, ¿es un problema de presupuesto o es un problema social? ¿La psicología es un gasto? ¿un intento interesante de mejorar rendimiento? ¿o una inversión importante para el bienestar de los jugadores?
Cuando se demanda un psicólogo en una institución como primera demanda se apunta a un acompañamiento orientado al rendimiento, olvidando que el jugador antes de ser futbolista … es persona, y esta frase, ya es un punto a destacar, es tanta la idealización que hay que tenemos que recalcar y recordar todo el tiempo que el jugador de futbol es PERSONA.

Dar visibilidad
Es poco usual que estos problemas no se hagan públicos, al jugador de fútbol lo rodea con una fantasía de que tiene una vida perfecta y sin problemas, que ganan dinero “solamente” jugando al futbol sin tener en cuenta el costo físico y emocional que conlleva su trabajo, una especie de superhéroe que no puede ser vulnerable.
Alrededor del mundo los esfuerzos y las iniciativas en torno a dar visibilidad y asistencia en esta área están aumentando, buscando desarrollar y poner en práctica estrategias de promoción en el campo de la salud mental para fortalecer los sistemas de información, datos científicos e investigaciones, ejemplos para mencionar son la FIFPRO que lanzó su programa su programa ¿Estás listo para hablar? para hacer consciencia sobre la salud mental. Como parte de su programa la FIBPRO considera como pilares para aumentar la visibilidad y empezar a hacer cambios es fundamental que aumentar la concienciación entre los futbolistas y el contexto del futbol sobre la salud mental en el fútbol profesional, y por otro lado establecer redes de derivación a profesionales de salud mental para proporcionar a los jugadores el apoyo adecuado que necesiten.
Es clave sensibilizar sobre estos problemas en el contexto futbolístico y progresivamente introducir políticas de salud mental para cuidar a los jugadores, entrenadores y otros agentes deportivos. Ignorar el tema, no hablar de ello o no contra la información para saber que es exactamente, mirar hacia otro lado solo perpetúan el tabú, el aislamiento el silencio y las consecuencias de los mismos.
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